por Elisa Oteros-Rozas y José A. González
La trashumancia es una práctica ganadera tradicional que consiste en el desplazamiento estacional del ganado entre zonas altas o de mayor latitud, destinadas a pastos de verano, y zonas bajas o de menor latitud, en las que el ganado pasa el invierno, siguiendo rutas regulares establecidas, denominadas vÃas pecuarias. Dicho desplazamiento periódico del ganado constituye una clara adaptación de las actividades ganaderas a las caracterÃsticas climáticas y geográficas del área mediterránea (Blondel, 2006).
El acoplamiento entre las actividades de pastoreo y los picos estacionales de productividad de pastos permite una óptima explotación de los recursos existentes, asà como la posibilidad de evitar los perÃodos crÃticos de sequÃa estival en las zonas bajas y las nieves invernales en las zonas de montaña (Ruiz y Ruiz, 1986). Más aún, la ganaderÃa trashumante permite hacer un uso eficiente no sólo de los picos de productividad invernal y estival, sino también de las zonas de transición que se atraviesan durante el viaje trashumante (Manzano-Baena and Casas, 2010).
Esta interacción entre ser humano y naturaleza ha dado lugar a los llamados “paisajes trashumantesâ€, definidos por Herzog et al. (2005) como paisajes culturales esculpidos durante siglos por la actividad pastoril trashumante a través de la adaptación de las prácticas ganaderas a un ambiente extremadamente fluctuante.
Desde el año 2008, el Laboratorio de Socioecosistemas de la Universidad Autónoma de Madrid, con el apoyo de la Asociación Trashumancia y Naturaleza y de dos familias de ganaderos trashumantes, viene desarrollando un proyecto cuyo objetivo principal consiste en desarrollar un marco para la valoración (económica, social y biofÃsica) de los servicios generados por los distintos paisajes ligados a la trashumancia a lo largo de la Cañada Real Conquense, con el fin de que éstos sean tomados en consideración en programas y planes de gestión para la conservación de la biodiversidad y el desarrollo rural. El proyecto está financiado por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Para ello se está utilizando una aproximación interdisciplinar derivada de la Evaluación de Ecosistemas del Milenio (MA, 2005), que parte de caracterizar el paisaje cultural trashumante de la Cañada Real Conquense como una red socioecológica (sensu Janssen et al., 2006) de flujos biofÃsicos y sociales generados y/o mantenidos por el movimiento del ganado y los pastores.
Bajo esta perspectiva, el área de estudio comprende la zona de agostada del ganado, ubicada en el área occidental de los Montes Universales (abarcando parte de las provincias de Teruel, Guadalajara y Cuenca), la zona de invernada, localizada en la parte oriental de Sierra Morena (Jaén y Córdoba) y el sureste de la provincia de Ciudad Real, y la Cañada Real Conquense, que atraviesa la Meseta Central (Cuenca y Ciudad Real).
Mapa del área de estudio mostrando la zona de agostada (norte), la zona de invernada (sur) y la Cañada Real Conquense.
Tras una exhaustiva revisión bibliográfica y la realización de entrevistas en profundidad a actores clave de las tres zonas y más de 400 cuestionarios, se han identificado un total de treinta servicios, sobre los que se está actualmente realizando una valoración económica, una evaluación en base a preferencias sociales y una evaluación biofÃsica. Del total de servicios identificados, diez han sido clasificados como servicios de abastecimiento, entre los que cabe destacar los alimentos de origen ganadero, agrÃcola y cinegético, el alimento para animales (pastos y forraje) y los productos de recolección. Los servicios culturales identificados han sido trece, destacando la identidad cultural, las actividades recreativas en ambiente rural y en la naturaleza y el conocimiento ecológico local, asà como el papel de la trashumancia como vÃa de comunicación, intercambio y enriquecimiento mutuo entre poblaciones. De los siete servicios de regulación identificados cabe destacar la prevención de incendios por el efecto del pastoreo, la función de hábitat y refugio que brindan los ecosistemas (en especial la vÃa pecuaria), la fertilización del suelo, la conectividad ecológica y la conservación de la biodiversidad.
El proyecto culmina con un proceso participativo de elaboración de escenarios de futuro para la trashumancia, en el cual están participando ganaderos trashumantes a pie y a camión, ganaderos estantes, agricultores, empresarios turÃsticos, cazadores, intermediarios de la comercialización de los productos, consumidores, veterinarios, agentes de desarrollo rural, expertos universitarios, técnicos y tomadores de decisiones de instituciones a distintas escalas. En este proceso se diseñaron cuatro posibles escenarios de futuro para la trashumancia en la zona de estudio y se caracterizó la tendencia de los distintos servicios en cada uno de los escenarios. Esta caracterización permitió definir las prioridades de gestión de cara a la viabilidad de la actividad trashumante y la sostenibilidad del paisaje cultural asociado a la misma. Entre las principales medidas propuestas están: el fomento de la asociación entre ganaderos (creación y fortalecimiento de tejido social y cooperación para la puesta en valor de la actividad), la implantación de esquemas de pagos por servicios de los ecosistemas (prevención de incendios, mantenimiento de hábitat, conectividad y dispersión, regeneración de la vegetación y fertilización, entre otros), y la mejora de los canales y formas de comercialización (certificaciones de calidad y del modelo de producción, sensibilización de consumidores e incidencia en hábitos de consumo).
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